Pues sí, después de muchos intentos, estos macarons ya tienen el aprobado!!!, he leído muchísimo, he practicado muchísimo y he hecho mucho antes de decidirme a publicar los míos.... y que aunque no están perfectos, están decentes para poder estar en el blog.
A partir de aquí solo queda intentar mejorarlos.
Pero voy a contaros mi experiencia, y es que después de muchos intentos, estoy de acuerdo con tod@s y cada uno de los posts que he leído (y que no me creía, ja, ja, ja, en cuanto que daban la receta infalible y yo la seguía paso a paso y ...... tachaaannn!!! desastre a la vista!!!)
Así que os recomiendo que probéis con pocas cantidades, no como yo, alaaaa!!! 4 claras para tener macarons para todos, y va y no habían para nadie!!!!.
A mí la receta que me ha funcionado es muy fácil y básica, por lo que os la paso.
Ingredientes:
- 35 gramos de almendra molida (en mi caso Almendra Harina Vahiné que compré en Carrefour)
- 65 grs de azúcar glas (en esta ocasión, Azucar glas de Fun Cakes)
- 1 clara (envejecida en la nevera, al menos unas 24 horas antes)
- 1 mini-pizca de sal
- 30 grs de azúcar normal
- Colorante (opcional)
Preparación:
Preparar una plantilla con círculos en un papel de horno y con un tapón de botella, para así tener la medida de masa a repartir por cada tapa de macaron.
Hacer un merengue francés, es decir, el merengue básico, con la clara, y la pizca de sal y cuando esté montada la clara añadir el azúcar normal, seguir batiendo hasta conseguir que el merengue quede montado.
Mientras mezclar y tamizar la almendra molida junto con el azúcar glass, varias veces.
A continuación, mezclar e integrar el merengue con la mezcla anterior, que según dijo el gran maestro repostero Paco Torreblanca en el programa "Deja sitio para el postre", a este proceso se le denomina "Macarronage" y de ahí el nombre de este maravilloso dulce, el "macaron". En este momento puede incorporarse el colorante, a mí se me hizo más líquida la mezcla y pensé que ya no me quedarían bien, pero puede que incluso me gustasen más que los que hice sin colorante.
Hay que dejarlo bien integrado, y seguidamente lo pasamos a una manga pastelera, yo utilicé una boquilla redonda de 7mm, pero puede hacerse sin boquilla, cortando la esquinita de la manga pastelera.
Seguidamente, con la manga perpendicular a la hoja, vamos presionando para dejar caer la masa y que rellene el circulito destinado a ella, acabando con un movimiento circular que cortará la dosificación y podremos pasar al siguiente.
Hasta este punto, todo de maravilla, pero ahora viene el proceso de secado, los dejé secar varias horas (3 horas aprox), pero eso depende de muchos factores así que no queda más remedio que esperar hasta que se seque la capa superior de nuestras conchitas, puede ser media hora, y podrán ser 5 horas.... así que a observar!!!, del correcto secado depende que luego se forme o no el pie tan particular que caracteriza a los macarons. Por si os sirve de guía, la capa superior pierde brillo y queda algo mate a medida que se van secando y al tocarla con el dedo, no se pega ni ensucia el dedo.
Después del secado, viene el horneado. Uffff, me ha llevado de cabeza. En mi horno, después de varias pruebas, la mejor opción ha sido poner calor abajo unicamente, a 120º, sí, ya se que es poco, pero a más temperatura se me agrietaban o se me quemaban, y al sacarlos se "espachuflaban", hasta que me dí cuenta que únicamente se podían utilizar los de la fila más cercana a la puerta, por lo que les puse menos temperatura y voilà!!, funcionó. A esta temperatura, empiezan a crear el pie alrededor del minuto 15-18, así que los aguanté en el horno aproximadamente 25 minutos.
Hay que vigilarlos para que no se doren, porque cuando empiezan a cambiar de color, es hora de sacarlos del horno, esperar unos dos minutos y después de despegarlos, hay que dejarlos reposar sobre una rejilla.
Una vez están fríos, bien los guardamos en un bote hermético, y se conservan por varios dias, o bien ya los podemos decorar. En este caso los rellené de ganache de chocolate blanco (100 ml de nata + 180 grs de choco blanco de postres Nestlé). Para ello puse la ganaché también dentro de una manga pastelera para repartirlo mejor.
Bueno, espero que os haya servido mi modesta experiencia, pero lo que sí que he aprendido es a "probar" y no rendirme.
Suerte!!! y os animo a que busqueís la vuestra!!!