Sí, este nombre se lo ha dado Morgana, y la siguiente explicación forma parte de un tutorial buenísimo sobre posibilidades de pegar el fondant.
Es una fan de la crema de mantequilla, ya que tiene muchos puntos a favor:
- Larga duración
- Se puede añadir cualquier sabor
- Puede estar fuera de la nevera
- No mancha el fondant
INGREDIENTES:
- Mantequilla (sin sal).
- Azúcar glas. (El triple en peso de azúcar que de mantequilla)
PREPARACIÓN
Dejar la mantequilla a temperatura ambiente, yo como siempre la hago pomada a intervalos de 10 segundos en el microondas.
Pesar también el azúcar glas (recuerda, siempre el triple de glas que de mantequilla). Podemos tamizar el azúcar para evitar al máximo los grumos.
Poner la mantequilla en un cuenco grande y batir hasta que esté a punto de pomada, bien blandita.
Añadir el azúcar glas por tandas (al menos en tres) sin añadir la siguiente hasta que no se haya incorporado bien la primera.
La primera será la más fácil. Con la mantequilla blandita y sólo su peso en azúcar, te será muy fácil incorporarla y el resultado será una crema muy manejable.
En la tercera parecerá que la mantequilla no podrá absorber tanto azúcar, no hay que preocuparse, es así. Se te quedará casi terrosa.
Esta crema se guarda en la nevera en un recipiente hermético durante semanas.
Para usarla no tienes más que sacarla de la nevera con la antelación suficiente como para tenerla a “temperatura ambiente” cuando la necesites (el día de antes, por ejemplo).
Separa la cantidad que creas que vas a necesitar y bátela para que se ablande un poco. Está muy espesa, por lo que hay que rebajarla con algo.
Puedes usar leche, esencia de vainilla, de naranja, de limón, café con leche, un batido de fresa, de vainilla, algún licor… Lo que se te ocurra, pero ve añadiéndolo siempre muy poco a poco (y por muy poco a poco me puedo referir perfectamente a “de cucharadita en cucharadita” en incluso menos) y removiendo la primera tanda hasta que se incorpore del todo antes de añadir más.
Debes conseguir una consistencia cremosa, fácil de untar sin llevarte medio bizcocho por medio.
Si ves que te has pasado añadiendo líquido, agrega un poco más de glas. Pero procura no tener que hacer esta operación demasiadas veces o, entre añadir líquido y añadir glas, acabarás con una tonelada de crema.
Esta crema tiene la virtud de endurecerse con el frío y también de secarse. De hecho, no dista mucho de la crema que los americanos usan para hacer flores, que quedan bien duritas y que aguantan dias fuera de la nevera. Los bizcochos cubiertos con ella se meten al frigo y, cuando al tacto se observa que la crema ha cogido consistencia, se saca la tarta y se alisa la superficie con el calor de la mano: poner un papel de cocina sobre la crema y pasar la mano para alisar los “picos” que han quedado al untar el bizcocho.
De esta manera siempre se puede poner el fondant sobre una superficie casi perfectamente lisa.